1 Conjuro-te, pois, diante de Deus e do Senhor Jesus Cristo, que há de julgar os vivos e os mortos, na sua vinda e no seu Reino, 2 que pregues a palavra, instes a tempo e fora de tempo, redarguas, repreendas, exortes, com toda a longanimidade e doutrina. 3 Porque virá tempo em que não sofrerão a sã doutrina; mas, tendo comichão nos ouvidos, amontoarão para si doutores conforme as suas próprias concupiscências; 4 e desviarão os ouvidos da verdade, voltando às fábulas. 5 Mas tu sê sóbrio em tudo, sofre as aflições, faze a obra de um evangelista, cumpre o teu ministério.
Paulo prevê a sua morte. Diz a Timóteo que venha ter com ele. Escreve-lhe acerca de diversas pessoas e manda saudações finais
6 Porque eu já estou sendo oferecido por aspersão de sacrifício, e o tempo da minha partida está próximo. 7 Combati o bom combate, acabei a carreira, guardei a fé. 8 Desde agora, a coroa da justiça me está guardada, a qual o Senhor, justo juiz, me dará naquele Dia; e não somente a mim, mas também a todos os que amarem a sua vinda.
9 Procura vir ter comigo depressa. 10 Porque Demas me desamparou, amando o presente século, e foi para Tessalônica; Crescente, para a Galácia, Tito, para a Dalmácia. 11 Só Lucas está comigo. Toma Marcos e traze-o contigo, porque me é muito útil para o ministério. 12 Também enviei Tíquico a Éfeso. 13 Quando vieres, traze a capa que deixei em Trôade, em casa de Carpo, e os livros, principalmente os pergaminhos. 14 Alexandre, o latoeiro, causou-me muitos males; o Senhor lhe pague segundo as suas obras. 15 Tu, guarda-te também dele, porque resistiu muito às nossas palavras. 16 Ninguém me assistiu na minha primeira defesa; antes, todos me desampararam. Que isto lhes não seja imputado. 17 Mas o Senhor assistiu-me e fortaleceu-me, para que, por mim, fosse cumprida a pregação e todos os gentios a ouvissem; e fiquei livre da boca do leão. 18 E o Senhor me livrará de toda má obra e guardar-me-á para o seu Reino celestial; a quem seja glória para todo o sempre. Amém!
19 Saúda a Prisca, e a Áquila, e à casa de Onesíforo. 20 Erasto ficou em Corinto, e deixei Trófimo doente em Mileto. 21 Procura vir antes do inverno. Êubulo, e Pudente, e Lino, e Cláudia, e todos os irmãos te saúdam.
22 O Senhor Jesus Cristo seja com o teu espírito. A graça seja convosco. Amém!
Predica la palabra
1 Te encargo delante de Dios y del Señor Jesucristo, quien juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino,
2 que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.
3 Porque vendrá un tiempo en que no soportarán la sana doctrina, sino que aun teniendo comezón de oír se amontonarán maestros conforme a sus propios malos deseos,
4 y apartarán de la verdad sus oídos y se volverán a las fábulas.
5 Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio.
6 Yo estoy ya a punto de ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano.
7 He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.
8 Por lo demás, me está reservada la corona de justicia, que en aquel día me dará el Señor, el juez justo; y no solo a mí, sino también a todos los que aman su venida.
Instrucciones personales
9 Procura venir pronto a verme,
10 porque Demas me ha desamparado. Prefirió este mundo, y se fue a Tesalónica. Crescente se fue a Galacia, y Tito a Dalmacia.
11 Solo Lucas está conmigo. Toma a Marcos y tráelo contigo, porque me es útil para el ministerio.
12 A Tíquico lo envié a Éfeso.
13 Cuando vengas, tráeme el capote que dejé en Troas, en casa de Carpo, y también los libros, especialmente los pergaminos.
14 Alejandro, el calderero, me ha causado mucho daño; que el Señor le pague conforme a sus hechos.
15 Cuídate también tú de él, pues se ha opuesto mucho a nuestras palabras.
16 En mi primera defensa nadie estuvo a mi lado; todos me desampararon. Espero que no les sea tomado en cuenta.
17 Pero el Señor sí estuvo a mi lado, y me dio fuerzas, para que por mí se cumpliera la predicación y todas las naciones la oyeran. Así fui librado de la boca del león.
18 Y el Señor me librará de toda obra mala, y me preservará para su reino celestial. A él sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Saludos y bendición final
19 Saluda a Prisca y a Aquila, y a la casa de Onesíforo.
20 Erasto se quedó en Corinto, y a Trófimo lo dejé en Mileto, pues estaba enfermo.
21 Procura venir antes del invierno. Eubulo te saluda, lo mismo que Pudente, Lino, Claudia y todos los hermanos.
22 Que el Señor Jesucristo esté con tu espíritu. Que la gracia sea con ustedes. Amén.