O antigo pacto era um símbolo transitório. Cristo é mediador de um pacto melhor e eterno
1 Ora, a suma do que temos dito é que temos um sumo sacerdote tal, que está assentado nos céus à destra do trono da Majestade, 2 ministro do santuário e do verdadeiro tabernáculo, o qual o Senhor fundou, e não o homem. 3 Porque todo sumo sacerdote é constituído para oferecer dons e sacrifícios; pelo que era necessário que este também tivesse alguma coisa que oferecer. 4 Ora, se ele estivesse na terra, nem tampouco sacerdote seria, havendo ainda sacerdotes que oferecem dons segundo a lei, 5 os quais servem de exemplar e sombra das coisas celestiais, como Moisés divinamente foi avisado, estando para acabar o tabernáculo; porque foi dito: Olha, faze tudo conforme o modelo que, no monte, se te mostrou. 6 Mas agora alcançou ele ministério tanto mais excelente, quanto é mediador de um melhor concerto, que está confirmado em melhores promessas. 7 Porque, se aquele primeiro fora irrepreensível, nunca se teria buscado lugar para o segundo. 8 Porque, repreendendo-os, lhes diz: Eis que virão dias, diz o Senhor, em que com a casa de Israel e com a casa de Judá estabelecerei um novo concerto, 9 não segundo o concerto que fiz com seus pais, no dia em que os tomei pela mão, para os tirar da terra do Egito; como não permaneceram naquele meu concerto, eu para eles não atentei, diz o Senhor. 10 Porque este é o concerto que, depois daqueles dias, farei com a casa de Israel, diz o Senhor: porei as minhas leis no seu entendimento e em seu coração as escreverei; e eu lhes serei por Deus, e eles me serão por povo. 11 E não ensinará cada um ao seu próximo, nem cada um ao seu irmão, dizendo: Conhece o Senhor; porque todos me conhecerão, desde o menor deles até ao maior. 12 Porque serei misericordioso para com as suas iniquidades e de seus pecados e de suas prevaricações não me lembrarei mais. 13 Dizendo novo concerto, envelheceu o primeiro. Ora, o que foi tornado velho e se envelhece perto está de acabar.
El mediador de un nuevo pacto
1 Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que el sumo sacerdote que tenemos es tal que se sentó a la derecha del trono de la Majestad en los cielos.
2 Él es ministro del santuario, de ese tabernáculo verdadero, levantado por el Señor y no por los hombres.
3 Todo sumo sacerdote es designado para presentar ofrendas y sacrificios, y por eso es necesario que también tenga algo que ofrecer.
4 Si estuviera sobre la tierra, ni siquiera sería sacerdote, porque aquí ya hay sacerdotes que presentan las ofrendas de acuerdo con la ley.
5 Estos sacerdotes sirven a lo que no es más que modelo y sombra de las cosas celestiales, tal y como se le advirtió a Moisés cuando iba a levantar el tabernáculo: «Ten cuidado de hacer todas las cosas según el modelo que se te ha mostrado en el monte.»
6 Pero nuestro Sumo Sacerdote ha recibido un ministerio mucho mejor, pues es mediador de un pacto mejor, establecido sobre mejores promesas.
7 Si el primer pacto hubiera sido perfecto, no habría sido necesario un segundo pacto.
8 Pero Dios, al reprocharles sus defectos, dice:
«Vienen días (dice el Señor)
en que estableceré un nuevo pacto
con la casa de Israel y la casa de Judá.
9 Ese pacto no será semejante
al que hice con sus antepasados
el día en que los tomé de la mano
para sacarlos de la tierra de Egipto,
pues ellos no fueron fieles a mi pacto,
y por eso los abandoné (dice el Señor).
10 Este es el pacto que haré
con la casa de Israel:
Después de aquellos días (dice el Señor)
pondré mis leyes en su mente,
y las escribiré sobre su corazón.
Yo seré su Dios,
y ellos serán mi pueblo.
11 Ya nadie enseñará a su prójimo,
ni le dirá a su hermano: “Conoce al Señor”,
porque todos me conocerán,
desde el más pequeño hasta el más grande.
12 Seré misericordioso con sus injusticias,
y nunca más me acordaré de sus pecados
ni de sus iniquidades.»
13 Al decir «nuevo pacto», se ha dado por viejo al primero; y lo que es viejo y anticuado está en vías de desaparecer.