A oferta da viúva pobre
(Mc 12.41-44)1 E, olhando ele, viu os ricos lançarem as suas ofertas na arca do tesouro; 2 e viu também uma pobre viúva lançar ali duas pequenas moedas; 3 e disse: Em verdade vos digo que lançou mais do que todos esta pobre viúva, 4 porque todos aqueles deram como ofertas de Deus do que lhes sobeja; mas esta, da sua pobreza, deu todo o sustento que tinha.
O sermão profético. O princípio das dores
(Mt 24.1-14Mc 13.1-13)5 E, dizendo alguns a respeito do templo, que estava ornado de formosas pedras e dádivas, disse: 6 Quanto a estas coisas que vedes, dias virão em que se não deixará pedra sobre pedra que não seja derribada.
7 E perguntaram-lhe, dizendo: Mestre, quando serão, pois, essas coisas? E que sinal haverá quando isso estiver para acontecer? 8 Disse, então, ele: Vede que não vos enganem, porque virão muitos em meu nome, dizendo: Sou eu, e o tempo está próximo; não vades, portanto, após eles. 9 E, quando ouvirdes de guerras e sedições, não vos assusteis. Porque é necessário que isso aconteça primeiro, mas o fim não será logo. 10 Então, lhes disse: Levantar-se-á nação contra nação, e reino, contra reino; 11 e haverá, em vários lugares, grandes terremotos, e fomes, e pestilências; haverá também coisas espantosas e grandes sinais do céu. 12 Mas, antes de todas essas coisas, lançarão mão de vós e vos perseguirão, entregando-vos às sinagogas e às prisões e conduzindo-vos à presença de reis e governadores, por amor do meu nome. 13 E vos acontecerá isso para testemunho. 14 Proponde, pois, em vosso coração não premeditar como haveis de responder, 15 porque eu vos darei boca e sabedoria a que não poderão resistir, nem contradizer todos quantos se vos opuserem. 16 E até pelos pais, e irmãos, e parentes, e amigos sereis entregues; e matarão alguns de vós. 17 E de todos sereis odiados por causa do meu nome. 18 Mas não perecerá um único cabelo da vossa cabeça. 19 Na vossa paciência, possuí a vossa alma.
O sermão profético continua. A grande tribulação
(Mt 24.15-18Mc 13.14-23)20 Mas, quando virdes Jerusalém cercada de exércitos, sabei, então, que é chegada a sua desolação. 21 Então, os que estiverem na Judeia, que fujam para os montes; os que estiverem no meio da cidade, que saiam; e, os que estiverem nos campos, que não entrem nela. 22 Porque dias de vingança são estes, para que se cumpram todas as coisas que estão escritas. 23 Mas ai das grávidas e das que criarem naqueles dias! Porque haverá grande aflição na terra e ira sobre este povo. 24 E cairão a fio de espada e para todas as nações serão levados cativos; e Jerusalém será pisada pelos gentios, até que os tempos dos gentios se completem.
O sermão profético continua. A volta do Filho do Homem
(Mt 24.29-35Mc 13.24-27)25 E haverá sinais no sol, e na lua, e nas estrelas, e, na terra, angústia das nações, em perplexidade pelo bramido do mar e das ondas; 26 homens desmaiando de terror, na expectação das coisas que sobrevirão ao mundo, porquanto os poderes do céu serão abalados. 27 E, então, verão vir o Filho do Homem numa nuvem, com poder e grande glória. 28 Ora, quando essas coisas começarem a acontecer, olhai para cima e levantai a vossa cabeça, porque a vossa redenção está próxima.
29 E disse-lhes uma parábola: Olhai para a figueira e para todas as árvores. 30 Quando já começam a brotar, vós sabeis por vós mesmos, vendo-as, que perto está já o verão. 31 Assim também vós, quando virdes acontecer essas coisas, sabei que o Reino de Deus está perto. 32 Em verdade vos digo que não passará esta geração até que tudo aconteça. 33 Passará o céu e a terra, mas as minhas palavras não hão de passar.
O sermão profético continua. A vigilância
(Mt 24.36-44Mc 13.33-37)34 E olhai por vós, para que não aconteça que o vosso coração se carregue de glutonaria, de embriaguez, e dos cuidados da vida, e venha sobre vós de improviso aquele dia. 35 Porque virá como um laço sobre todos os que habitam na face de toda a terra. 36 Vigiai, pois, em todo o tempo, orando, para que sejais havidos por dignos de evitar todas essas coisas que hão de acontecer e de estar em pé diante do Filho do Homem.
O pacto da traição
(Mt 26.1-5Mt 14-16Mc 14.10Mc 11)37 E, de dia, ensinava no templo e, à noite, saindo, ficava no monte chamado das Oliveiras. 38 E todo o povo ia ter com ele ao templo, de manhã cedo, para o ouvir.
La ofrenda de la viuda
(Mc 12.41-44)1 Jesús estaba observando a los ricos que depositaban sus ofrendas en el arca del templo,
2 y vio que una viuda muy pobre depositaba allí dos moneditas de poco valor.
3 Entonces dijo: «En verdad les digo, que esta viuda pobre ha echado más que todos.
4 Porque todos aquellos ofrendaron a Dios de lo que les sobra, pero ella puso, en su pobreza, todo lo que tenía para su sustento.»
Jesús predice la destrucción del templo
(Mt 24.1-2Mc 13.1-2)5 Algunos hablaban de las hermosas piedras con las que el templo estaba adornado, y de las ofrendas dedicadas a Dios, así que Jesús les dijo:
6 «En cuanto a lo que ustedes ven, vienen días en que no quedará piedra sobre piedra. Todo será destruido.»
Señales antes del fin
(Mt 24.3-28Mc 13.3-23)7 Entonces le preguntaron: «Y esto, Maestro, ¿cuándo sucederá? ¿Y qué señal habrá cuando esto ya esté por suceder?»
8 Jesús les respondió: «Cuídense de no ser engañados. Porque muchos vendrán en mi nombre, y dirán: “Yo soy”, y también: “El tiempo está cerca.” Pero ustedes no los sigan.
9 Y cuando oigan hablar de guerras y de levantamientos, no se alarmen, porque es necesario que esto suceda primero, pero el fin no llegará de manera repentina.»
10 También les dijo: «Se levantará nación contra nación, y reino contra reino.
11 Habrá impresionantes terremotos, y hambre y pestilencias en diferentes lugares; también sucederán cosas espantosas y habrá grandes señales del cielo.
12 Pero antes de que todo esto suceda, a ustedes les echarán mano, los perseguirán, y los entregarán a las sinagogas y a las cárceles, y por causa de mi nombre los harán comparecer ante reyes y gobernantes.
13 Pero esto les servirá para dar testimonio.
14 Propónganse en su interior no ponerse a pensar cómo responder en su defensa,
15 porque yo les daré las palabras y la sabiduría, las cuales no podrán resistir ni contradecir todos sus oponentes.
16 Ustedes serán entregados incluso por sus padres, hermanos, parientes y amigos, y a algunos de ustedes los matarán.
17 Por causa de mi nombre, todo el mundo los odiará,
18 pero ustedes no perderán ni un solo cabello de su cabeza.
19 Tengan paciencia, que así ganarán sus almas.
20 »Pero cuando vean a Jerusalén rodeada de ejércitos, sepan que su destrucción ha llegado.
21 Entonces, los que estén en Judea, huyan a los montes; y los que estén en la ciudad, salgan de allí. Los que estén en los campos, no entren en la ciudad.
22 Porque esos días serán de retribución, para que se cumplan todas las cosas que están escritas.
23 Pero ¡ay de las que en esos días estén embarazadas, o amamantando! Porque vendrá sobre la tierra una gran calamidad, y sobre este pueblo vendrá la ira.
24 Y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será pisoteada por los paganos, hasta que se cumplan los tiempos que a ellos les esperan.
La venida del Hijo del Hombre
(Mt 24.29-35Mt 42-44Mc 13.24-37)25 »Habrá entonces señales en el sol, en la luna y en las estrellas. En la tierra, la gente se angustiará y quedará confundida por causa del bramido del mar y de las olas.
26 El miedo y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra hará que los hombres desfallezcan, y los poderes celestiales se estremecerán.
27 Entonces verán al Hijo del Hombre venir en una nube, con poder y gran gloria.
28 Cuando esto comience a suceder, anímense y levanten la cabeza, porque su redención estará cerca.»
29 También les contó una parábola: «Fíjense en la higuera y en todos los árboles.
30 Cuando ustedes ven que brotan sus hojas, pueden saber que ya se acerca el verano.
31 De la misma manera, cuando ustedes vean que todo esto sucede, podrán saber que ya se acerca el reino de Dios.
32 De cierto les digo, que todo esto sucederá antes de que pase esta generación.
33 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
34 »Pero tengan cuidado de que su corazón no se recargue de glotonería y embriaguez, ni de las preocupaciones de esta vida, para que aquel día no les sobrevenga de repente.
35 Porque caerá como un lazo sobre todos los que habitan la faz de la tierra.
36 Por lo tanto, manténganse siempre atentos, y oren para que sean considerados dignos de escapar de todo lo que habrá de suceder, y de presentarse ante el Hijo del Hombre.»
37 De día, Jesús enseñaba en el templo; de noche, se quedaba en el monte llamado de los Olivos.
38 Y toda la gente acudía a él por la mañana, para escucharlo en el templo.