V. 1-14: cf. Éz 12:21-28. So 1:14-18.
1 La parole de l’Éternel me fut adressée, en ces mots:
2 Et toi, fils de l’homme, ainsi parle le Seigneur, l’Éternel,
Sur le pays d’Israël: Voici la fin!
La fin vient sur les quatre extrémités du pays!
3 Maintenant la fin vient sur toi;
J’enverrai ma colère contre toi,
Je te jugerai selon tes voies,
Je te chargerai de toutes tes abominations.
4 Mon œil sera pour toi sans pitié,
Et je n’aurai point de miséricorde;
Mais je te chargerai de tes voies,
Et tes abominations seront au milieu de toi;
Et vous saurez que je suis l’Éternel.
5 Ainsi parle le Seigneur, l’Éternel:
Un malheur, un malheur unique!
Voici, il vient!
6 La fin vient, la fin vient, elle se réveille contre toi!
Voici, elle vient!
7 Ton tour arrive, habitant du pays!
Le temps vient, le jour approche, jour de trouble,
Et plus de cris de joie dans les montagnes!
8 Maintenant je vais bientôt répandre ma fureur sur toi,
Assouvir sur toi ma colère;
Je te jugerai selon tes voies,
Je te chargerai de toutes tes abominations.
9 Mon œil sera sans pitié,
Et je n’aurai point de miséricorde;
Je te chargerai de tes voies,
Et tes abominations seront au milieu de toi.
Et vous saurez que je suis l’Éternel, celui qui frappe.
10 Voici le jour! Voici, il vient!
Le tour arrive!
La verge fleurit!
L’orgueil s’épanouit!
11 La violence s’élève, pour servir de verge à la méchanceté:
Plus rien d’eux, de leur foule bruyante, de leur multitude!
On ne se lamente pas sur eux!
12 Le temps vient, le jour approche!
Que l’acheteur ne se réjouisse pas,
Que le vendeur ne s’afflige pas!
Car la colère éclate contre toute leur multitude.
13 Non, le vendeur ne recouvrera pas ce qu’il a vendu,
Fût-il encore parmi les vivants;
Car la prophétie contre toute leur multitude ne sera pas révoquée,
Et à cause de son iniquité nul ne conservera sa vie.
14 On sonne de la trompette, tout est prêt,
Mais personne ne marche au combat;
Car ma fureur éclate contre toute leur multitude.
V. 15-27: cf. Jé 6:22-26. Éz 6.15 L’épée au dehors, la peste et la famine au-dedans!
Celui qui est aux champs mourra par l’épée,
Celui qui est dans la ville sera dévoré par la famine et par la peste.
16 Leurs fuyards s’échappent,
Ils sont sur les montagnes, comme les colombes des vallées,
Tous gémissant,
Chacun sur son iniquité.
17 Toutes les mains sont affaiblies,
Tous les genoux se fondent en eau.
18 Ils se ceignent de sacs,
Et la terreur les enveloppe;
Tous les visages sont confus,
Toutes les têtes sont rasées.
19 Ils jetteront leur argent dans les rues,
Et leur or sera pour eux un objet d’horreur;
Leur argent et leur or ne pourront les sauver,
Au jour de la fureur de l’Éternel;
Ils ne pourront ni rassasier leur âme,
Ni remplir leurs entrailles;
Car c’est ce qui les a fait tomber dans leur iniquité.
20 Ils étaient fiers de leur magnifique parure,
Et ils en ont fabriqué les images de leurs abominations, de leurs idoles.
C’est pourquoi je la rendrai pour eux un objet d’horreur;
21 Je la donnerai en pillage aux mains des étrangers,
Et comme butin aux impies de la terre,
Afin qu’ils la profanent.
22 Je détournerai d’eux ma face,
Et l’on souillera mon sanctuaire;
Des furieux y pénétreront, et le profaneront.
23 Prépare les chaînes!
Car le pays est rempli de meurtres,
La ville est pleine de violence.
24 Je ferai venir les plus méchants des peuples,
Pour qu’ils s’emparent de leurs maisons;
Je mettrai fin à l’orgueil des puissants,
Et leurs sanctuaires seront profanés.
25 La ruine vient!
Ils cherchent le salut, et point de salut!
26 Il arrive malheur sur malheur,
Un bruit succède à un bruit;
Ils demandent des visions aux prophètes;
Les sacrificateurs ne connaissent plus la loi,
Les anciens n’ont plus de conseils.
27 Le roi se désole, le prince s’épouvante,
Les mains du peuple du pays sont tremblantes.
Je les traiterai selon leurs voies,
Je les jugerai comme ils le méritent,
Et ils sauront que je suis l’Éternel.
Anuncio del fin
1 La palabra del Señor vino a mí, y me dijo:
2 «Escucha, hijo de hombre, que así ha dicho Dios el Señor a la tierra de Israel: “Ya viene el fin. Ya está cerca, sobre los cuatro extremos de la tierra.
3 Tu fin ha llegado. Voy a descargar mi furor sobre ti; voy a dictar sentencia contra ti, según tus acciones; voy a echarte en cara todas tus repugnantes acciones.
4 No te quitaré los ojos de encima, ni tendré misericordia de ti. Al contrario, te castigaré por tu mala conducta y por tus repugnantes acciones. Así sabrás que yo soy el Señor.”»
5 Así ha dicho Dios el Señor:
«¡Fíjate bien, que viene una calamidad!
6 Se acerca el fin. Llega ya. El fin se ha despertado y viene contra ti.
7 La mañana viene hacia ti, habitante de esta tierra. Se acerca la hora. Cercano está el día. Será sobre los montes un día de tumulto, y no de alegría.
8 Muy pronto derramaré mi enojo sobre ti, y saciaré en ti mi furor. Dictaré sentencia contra ti, de acuerdo con tu mala conducta, y te haré pagar por tus repugnantes acciones.
9 No te voy a perdonar. No voy a tenerte misericordia. Te castigaré conforme a tu mala conducta, y exhibiré tus actos repugnantes. Así sabrás que yo soy el Señor, el que castiga.
10 »Ya viene el día, ya viene. Ya ha llegado la mañana. Ha florecido ya la vara, y ha reverdecido la soberbia.
11 Se yergue la violencia como vara de maldad. Pero de todos ellos no habrá uno solo que quede con vida, ni habrá tampoco entre ellos nadie que se lamente.
12 Llegó el momento; llegó el día. Que no se alegre el que compra, ni llore el que vende, porque mi ira caerá sobre toda esta multitud.
13 El que venda no volverá a poseer lo que vendió, aun cuando quede con vida. La visión sobre toda esta multitud no será revocada, porque por causa de su iniquidad ninguno quedará con vida.
14 »Se tocará la trompeta, y prepararán todas sus armas, pero nadie saldrá al campo de batalla, porque mi ira pesa sobre toda esta multitud.
15 Fuera de la ciudad, morirán a filo de espada; dentro de la ciudad, morirán de hambre y por la peste. El que esté en el campo de batalla morirá a filo de espada, y el que esté en la ciudad será consumido por el hambre y la peste.
16 Los que logren escapar huirán a los montes, y estarán gimoteando como las palomas de los valles, cada uno por causa de su iniquidad.
17 Se les debilitarán las manos, y como si fueran chorros de agua se les doblarán las rodillas.
18 Se vestirán de luto, y se llenarán de pavor; todos los rostros se cubrirán de vergüenza, y todas las cabezas quedarán rapadas.
19 Arrojarán su plata y su oro a la calle, y no habrá quien los recoja; en el día del furor del Señor, ¡ni su plata ni su oro podrá salvarlos! No podrán saciar su apetito ni satisfacer su hambre, porque sus riquezas y su maldad los hicieron tropezar.
20 Yo convertí todo eso en algo repugnante porque ellos, en su soberbia, convirtieron todo ese esplendor y ornamento en imágenes de sus ídolos aborrecibles.
21 Y ya he puesto sus riquezas en manos de gente extraña, para que las saqueen y las profanen, y para que sean botín de los impíos de la tierra.
22 Yo les volveré la espalda, y mi lugar más íntimo será violentado, pues en él entrarán invasores que lo profanarán.
23 »Haz cadenas, porque el país está lleno de homicidios y la ciudad está llena de violencia.
24 Por eso traeré a la nación más perversa, para que se adueñe de sus casas; voy a poner fin a la soberbia de los poderosos, y sus santuarios serán profanados.
25 Ya viene la destrucción, y buscarán la paz, pero no la hallarán.
26 Sufrirán calamidad tras calamidad, y oirán rumor tras rumor, y buscarán una respuesta en los labios del profeta, pero ni los sacerdotes ni los ancianos podrán guiarlos ni aconsejarlos.
27 El rey se vestirá de luto, el príncipe se cubrirá de tristeza, y al pueblo le temblarán las manos. Y es que voy a darles lo que merecen sus acciones, y a dictar sentencia contra ellos conforme a su manera de impartir justicia. Así sabrán que yo soy el Señor.»