1 »Ustedes son hijos del Señor su Dios, así que no deben hacerse heridas en el cuerpo ni raparse por causa de un muerto.
2 Tú eres un pueblo santo, y perteneces al Señor tu Dios. De entre todos los pueblos de la tierra, el Señor te ha escogido para que seas un pueblo único, un pueblo suyo.
Animales limpios e inmundos
(Lv 11.1-47)3 »No comerás nada que sea repugnante.
4 Los animales que ustedes podrán comer son los siguientes: el buey, la oveja, la cabra,
5 el ciervo, la gacela, el corzo, la cabra montés, el íbice, el antílope y el carnero montés.
6 También podrán comer todo animal que sea rumiante y tenga pezuñas hendidas con dos uñas.
7 Pero de los rumiantes, o de los que tengan la pezuña hendida, no podrán comer los siguientes: el camello, la liebre y el damán, porque rumian pero no tienen la pezuña hendida. Son animales impuros.
8 Tampoco podrán comer cerdo, porque este tiene la pezuña hendida, pero no rumia. Deberán considerarlo un animal impuro. No comerán la carne de estos animales, ni tocarán sus cadáveres.
9 »Podrán comer, de todo lo que hay en el agua, todo lo que tenga aletas y escamas.
10 Pero no podrán comer nada que no tenga aletas ni escamas; lo considerarán impuro.
11 »Podrán comer toda ave limpia,
12 pero las aves que no podrán comer son las siguientes: el águila, el quebrantahuesos, el azor,
13 el gallinazo, ninguna especie de milano,
14 ninguna especie de cuervo,
15 el avestruz, la lechuza, la gaviota, ninguna especie de gavilán,
16 el búho, el ibis, el calamón,
17 el pelícano, el buitre, el somormujo,
18 la cigüeña, ninguna especie de garza, la abubilla y el murciélago.
19 No comerán ningún insecto alado; lo considerarán impuro.
20 Pero podrán comer toda ave limpia.
21 »No comerán ningún animal que encuentren muerto, porque ustedes son un pueblo consagrado al Señor su Dios. Podrán dárselo o vendérselo a los extranjeros que vivan en sus ciudades; ellos sí podrán comerlo.
»No guisarás el cabrito en la leche de su madre.
La ley del diezmo
22 »Cada año deberás presentar, sin falta, la décima parte de todo el grano que tu campo produzca.
23 Y esa décima parte de tu grano, de tu vino y de tu aceite, y las primicias de tus rebaños y ganados las comerás delante del Señor tu Dios, en el lugar que él escoja como residencia de su nombre, para que aprendas a temer siempre al Señor tu Dios.
24 Si el Señor tu Dios te bendice, pero el camino es demasiado largo y te queda lejos llevar esa décima parte hasta el lugar donde el Señor tu Dios escogió como residencia de su nombre,
25 entonces venderás esa décima parte y, con el dinero en la mano, te presentarás en el lugar que el Señor tu Dios ha escogido.
26 Con ese dinero podrás también comprar todo lo que desees: vacas, ovejas, vino, sidra, o cualquier otra cosa que tú desees, y lo comerás delante del Señor tu Dios, y tú y tu familia se regocijarán.
27 »No desampares al levita que habite en tus ciudades, pues ellos no comparten contigo ninguna propiedad.
28 »Cada tres años cumplidos sacarás todo el diezmo de tus productos de aquel año, y lo almacenarás en tus ciudades.
29 Como los levitas no comparten contigo ninguna propiedad, podrán entonces venir y comer hasta quedar satisfechos, lo mismo que los extranjeros, los huérfanos y las viudas que haya en tus ciudades. Así el Señor tu Dios te bendecirá en todo lo que hagas.
Animais limpos e imundos
1 Filhos sois do Senhor, vosso Deus; não vos dareis golpes, nem poreis calva entre vossos olhos por causa de algum morto. 2 Porque és povo santo ao Senhor, teu Deus, e o Senhor te escolheu de todos os povos que há sobre a face da terra, para lhe seres o seu povo próprio.
3 Nenhuma abominação comereis. 4 Estes são os animais que comereis: o boi, o gado miúdo das ovelhas, o gado miúdo das cabras, 5 o veado, a corça, o búfalo, a cabra montês, o texugo, o boi silvestre e o gamo. 6 Todo animal que tem unhas fendidas, que tem a unha dividida em duas, que remói, entre os animais, isso comereis. 7 Porém estes não comereis, dos que somente remoem ou que têm a unha fendida: o camelo, a lebre e o coelho, porque remoem, mas não têm a unha fendida; imundos vos serão. 8 Nem o porco, porque tem unhas fendidas, mas não remói; imundo vos será; não comereis da carne destes e não tocareis no seu cadáver. 9 Isto comereis de tudo o que há nas águas: tudo o que tem barbatanas e escamas comereis. 10 Mas tudo o que não tiver barbatanas nem escamas não o comereis; imundo vos será.
11 Toda ave limpa comereis. 12 Porém estas são as de que não comereis: a águia, o quebrantosso, o xofrango, 13 o abutre, a pega e o milhano, segundo a sua espécie; 14 e todo o corvo, segundo a sua espécie; 15 o avestruz, o mocho, o cuco e o gavião, segundo a sua espécie; 16 e o bufo, a coruja, a gralha, 17 o cisne, o pelicano, o corvo-marinho, 18 a cegonha, a garça, segundo a sua espécie, a poupa, e o morcego. 19 Também todo réptil que voa vos será imundo; não se comerá. 20 Toda ave limpa comereis. 21 Não comereis nenhum animal morto; ao estrangeiro, que está dentro das tuas portas, o darás a comer ou o venderás ao estranho, porquanto és povo santo ao Senhor, teu Deus. Não cozerás o cabrito com o leite da sua mãe.
Os dízimos para o serviço do Senhor
22 Certamente darás os dízimos de toda a novidade da tua semente, que cada ano se recolher do campo. 23 E, perante o Senhor, teu Deus, no lugar que escolher para ali fazer habitar o seu nome, comerás os dízimos do teu cereal, do teu mosto, do teu azeite e os primogênitos das tuas vacas e das tuas ovelhas; para que aprendas a temer ao Senhor, teu Deus, todos os dias. 24 E, quando o caminho te for tão comprido, que os não possas levar, por estar longe de ti o lugar que escolher o Senhor, teu Deus, para ali pôr o seu nome, quando o Senhor, teu Deus, te tiver abençoado, 25 então, vende-os, e ata o dinheiro na tua mão, e vai ao lugar que escolher o Senhor, teu Deus. 26 E aquele dinheiro darás por tudo o que deseja a tua alma, por vacas, e por ovelhas, e por vinho, e por bebida forte, e por tudo o que te pedir a tua alma; come-o ali perante o Senhor, teu Deus, e alegra-te, tu e a tua casa; 27 porém não desampararás o levita que está dentro das tuas portas; pois não tem parte nem herança contigo. 28 Ao fim de três anos, tirarás todos os dízimos da tua novidade no mesmo ano e os recolherás nas tuas portas. 29 Então, virá o levita ( pois nem parte nem herança tem contigo), e o estrangeiro, e o órfão, e a viúva, que estão dentro das tuas portas, e comerão, e fartar-se-ão, para que o Senhor, teu Deus, te abençoe em toda a obra das tuas mãos, que fizeres.