El Dios del Sinaí y del santuario
Al músico principal. Salmo de David. Cántico.
1 ¡Levántese Dios, y sean esparcidos sus enemigos!
¡Huyan de su presencia quienes lo aborrecen!
2 Dios los despejará como si despejara el humo;
¡como si derritiera cera delante del fuego!
Así perecen los impíos delante de Dios.
3 Pero los justos se alegrarán delante de Dios;
¡llenos de gozo, saltarán de alegría!

4 ¡Cantemos salmos a Dios! ¡Cantemos salmos a su nombre!
¡Exaltemos al que cabalga sobre los cielos!
Su nombre es el Señor. ¡Alegrémonos en su presencia!

5 Dios, en su santo templo,
es padre de los huérfanos y defensor de las viudas.
6 Dios les da un hogar a los desamparados,
y rescata a los cautivos y les da prosperidad,
pero a los rebeldes los hace habitar en el desierto.

7 Dios nuestro, cuando saliste al frente de tu pueblo,
cuando anduviste por el desierto,
8 la tierra tembló.
Al verte, Dios de Israel, los cielos derramaron su lluvia;
ante tu presencia, el monte Sinaí se estremeció.
9 Tú, Dios nuestro, derramaste abundante lluvia,
y a tu exhausta tierra infundiste vida.
10 En ella, oh Dios, habitan los que son tuyos;
tú, por tu bondad, das al pobre lo que necesita.

11 El Señor emitió su palabra,
y muchas mensajeras dieron la noticia:
12 «¡Están huyendo los reyes y sus ejércitos!»
En su casa, las mujeres se repartían los despojos:
13 «Aunque ustedes se quedaron en los apriscos,
también recibirán alas de paloma cubiertas de plata,
con sus plumas recubiertas de oro fino.»

14 Cuando el Omnipotente esparció allí a los reyes,
en el monte Salmón parecía estar nevando.
15 El monte de Basán es un monte muy alto;
el monte de Basán es un monte majestuoso.
16 Ustedes, altos montes, ¿por qué miran con desdén
al monte en donde Dios decidió residir?
¡El Señor habitará allí para siempre!

17 Entre miríadas de poderosos carros de guerra,
tú, Señor, marchas del Sinaí a tu santuario.
18 Asciendes a lo alto, llevando contigo a los cautivos
y el tributo que recibiste de gente rebelde,
y entre ellos, Señor y Dios, pondrás tu habitación.

19 Bendito sea el Señor, el Dios de nuestra salvación,
que todos los días nos colma de beneficios.
20 El Señor nuestro Dios es un Dios que salva;
el Señor tiene poder para librarnos de la muerte.
21 Dios herirá la cabeza de sus enemigos,
la melena de los que andan en sus pecados.

22 El Señor ha dicho: «Yo te haré volver de Basán.
Te haré volver de las profundidades del mar.
23 ¡Tus pies y la lengua de tus perros
se teñirán con la sangre de tus enemigos!»

24 En el santuario, oh Dios, pueden verse tus procesiones;
¡tus marchas triunfales, mi Dios y Rey!
25 Los cantores abren la marcha, los músicos la cierran,
y en medio las doncellas avanzan con panderos.
26 Ustedes, descendientes de Israel,
¡bendigan a nuestro Señor y Dios en las congregaciones!
27 Allí va el joven Benjamín, al frente de ellos,
acompañado por los príncipes de Judá,
los príncipes de Zabulón y los príncipes de Neftalí.

28 Dios nuestro, ¡manifiesta tu poder!
¡Confirma, oh Dios, lo que has hecho por nosotros!
29 Por causa de tu templo en Jerusalén
los reyes te pagan tributo.
30 ¡Reprime a la bestia de los juncos,
a ese ejército de toros y becerros!
¡Somételos! ¡Que te entreguen sus piezas de plata!
¡Dispersa a los pueblos que se complacen en la guerra!
31 ¡Que vengan a ti los príncipes de Egipto!
¡Que se apresure Etiopía a tender a ti sus manos!

32 Reinos de la tierra, ¡canten salmos a Dios!
¡Canten salmos al Señor!
33 ¡Al que cabalga sobre los altos y eternos cielos!
¡Al que hace oír su poderosa voz!
34 ¡Reconozcan el poder a Dios!
Sobre Israel puede verse su magnificencia;
¡en los cielos se manifiesta su poder!
35 En su santuario, Dios es imponente;
¡el Dios de Israel da fuerza y vigor a su pueblo!

¡Bendito sea Dios!
Cântico de louvor e ação de graças a Deus como nosso Salvador
Salmo e cântico de Davi para o cantor-mor
1 Levante-se Deus, e sejam dissipados os seus inimigos; fugirão de diante dele os que o aborrecem. 2 Como se impele a fumaça, assim tu os impeles; como a cera se derrete diante do fogo, assim pereçam os ímpios diante de Deus. 3 Mas alegrem-se os justos, e se regozijem na presença de Deus, e folguem de alegria.
4 Cantai a Deus, cantai louvores ao seu nome; louvai aquele que vai sobre os céus, pois o seu nome é Jeová; exultai diante dele.
5 Pai de órfãos e juiz de viúvas é Deus no seu lugar santo. 6 Deus faz que o solitário viva em família; liberta aqueles que estão presos em grilhões; mas os rebeldes habitam em terra seca.
7 Ó Deus! Quando saías adiante do teu povo, quando caminhavas pelo deserto, (Selá) 8 a terra abalava-se, e os céus destilavam perante a face de Deus; o próprio Sinai tremeu na presença de Deus, do Deus de Israel. 9 Tu, ó Deus, mandaste a chuva em abundância e confortaste a tua herança, quando estava cansada. 10 Nela habitava o teu rebanho; tu, ó Deus, proveste o pobre da tua bondade.
11 O Senhor deu a palavra; grande era o exército dos que anunciavam as boas-novas. 12 Reis de exércitos fugiram à pressa; e aquela que ficava em casa repartia os despojos. 13 Ainda que vos deiteis entre redis, sereis como as asas de uma pomba, cobertas de prata, com as suas penas de ouro amarelo. 14 Quando o Onipotente ali espalhou os reis, foi como quando cai a neve em Zalmom.
15 O monte de Deus é como o monte de Basã, um monte elevado como o monte de Basã. 16 Por que saltais, ó montes elevados? Este é o monte que Deus desejou para sua habitação, e o Senhor habitará nele eternamente. 17 Os carros de Deus são vinte milhares, milhares de milhares. O Senhor está entre eles, como em Sinai, no lugar santo. 18 Tu subiste ao alto, levaste cativo o cativeiro, recebeste dons para os homens e até para os rebeldes, para que o Senhor Deus habitasse entre eles. 19 Bendito seja o Senhor, que de dia em dia nos cumula de benefícios; o Deus que é a nossa salvação. (Selá) 20 O nosso Deus é o Deus da salvação; e a Jeová, o Senhor, pertencem as saídas para escapar da morte. 21 Mas Deus ferirá gravemente a cabeça de seus inimigos e o crânio cabeludo do que anda em suas culpas. 22 Disse o Senhor: Eu os farei voltar de Basã; farei voltar o meu povo das profundezas do mar; 23 para que o teu pé mergulhe no sangue de teus inimigos, e nele mergulhe até a língua dos teus cães.
24 Ó Deus, eles têm visto os teus caminhos; os caminhos do meu Deus, meu Rei, no santuário. 25 Os cantores iam adiante, os tocadores de instrumentos, atrás; entre eles, as donzelas tocando adufes. 26 Celebrai a Deus nas congregações; ao Senhor, desde a fonte de Israel. 27 Ali está o pequeno Benjamim, que domina sobre eles, os príncipes de Judá com o seu ajuntamento, os príncipes de Zebulom e os príncipes de Naftali.
28 O teu Deus ordenou a tua força; confirma, ó Deus, o que realizaste por nós. 29 Por amor do teu templo em Jerusalém, os reis te trarão presentes. 30 Repreende as feras dos canaviais, a multidão dos touros, com os novilhos dos povos, pisando com os pés as suas peças de prata; dissipa os povos que desejam a guerra. 31 Embaixadores reais virão do Egito; a Etiópia cedo estenderá para Deus as suas mãos.
32 Reinos da terra, cantai a Deus, cantai louvores ao Senhor, (Selá) 33 àquele que vai montado sobre os céus dos céus, desde a antiguidade; eis que envia a sua voz e um brado veemente. 34 Dai a Deus fortaleza; a sua excelência, está sobre Israel e a sua fortaleza nas mais altas nuvens. 35 Ó Deus, tu és tremendo desde os teus santuários; o Deus de Israel é o que dá fortaleza e poder ao seu povo.
Bendito seja Deus!