الله يدافع عن أورشليم
1 ويل لِلنَّازِلينَ إلى مِصْرَ مِنْ بَني يَهوذا طَلَبا لِلمَعونَةِ، المُعتَمِدينَ على الخَيلِ، المُتَوكِّلينَ على كثرةِ المَركباتِ وجَبروتِ الفُرسانِ. الويلُ لهُم! لا يَلتَفِتونَ إلى قُدُّوسِ إِسرائيلَ ولا يلتَمِسون الرّبَّ. 2 هوَ أيضا عادِلٌ، فيُنزِلُ النَّكباتِ ولا يَحيدُ عَنْ كلامِهِ، بل يقومُ على سُلالَةِ الأشرارِ‌ وعلى الّذينَ يُناصِرونَهُم. 3 فما المِصْريُّونَ سوى بشَرٍ لا آلِهةٌ، وخَيلُهُم جسَدٌ لا روحٌ، فإذا رفَعَ الرّبُّ يدَهُ عثَرَ النَّصيرُ وسقَطَ المَنصورُ وهَلَكوا كلُّهُم معا. ‌
4 وقالَ ليَ الرّبُّ: «كما يَنقَضُّ الأسدُ أوِ الشِّبلُ على فريسَتِهِ، وإذا هاجَمَهُ جماعةٌ مِنَ الرُّعاةِ لا يفزَعُ مِنْ صوتِهِم ولا يرتاعُ مِنْ ضَجيجِهِم، كذلِكَ أنزِلُ أنا الرّبُّ القديرُ لِلقِتالِ على جبَلِ صِهيَونَ ورَوابـيهِ. 5 وكالطُّيورِ الحائِمةِ أحمي أورُشليمَ، أحميها فأُنقِذُها وأعفو عنها فأُنَجِّيها».
6 توبوا إلى الّذي أمعَنْتُم في عِصيانِهِ يا بَني إِسرائيلَ‌. 7 في ذلِكَ اليومِ يرفُضُ كُلُّ واحدٍ مِنكُم أصنامَهُ مِنَ الفِضَّةِ والذَّهبِ، وهيَ الّتي صَنَعَتْها لكُم أيديكُمُ الأثيمةُ. 8 وتسقُطُ أشُّورُ لا بسَيفِ إنسانٍ، وتُؤخَذُ لا بسَيفِ بشَرٍ بل تهربُ مِنَ السَّيفِ ويقَعُ نُخبَةُ شَبابِها في العُبوديَّةِ. 9 ويفِرُّ مَلِكُها مِنَ الفزَعِ، ويَترُكُ قادَتُها الرَّايةَ مِنْ شِدَّةِ الرُعبِ. ‌
ذلكَ ما قالَهُ الرّبُّ الّذي تُحرَقُ لَه نارٌ لِلذَّبائِـحِ في صِهيَونَ وفي أورُشليمَ.
Los egipcios son hombres, no dioses
1 ¡Ay de los que van a Egipto en busca de ayuda! ¡Ay de los que ponen su esperanza en la multitud de sus caballos y carros, y en la fuerza de sus jinetes, y no vuelven los ojos al Santo de Israel, ni buscan al Señor!
2 Pero Dios también es sabio, y les traerá el mal, y no retirará sus palabras. Se levantará contra la casa de los malvados, y contra la ayuda de los malhechores.
3 Los egipcios son simples hombres, y no dioses; sus caballos son carne, y no espíritu; cuando el Señor extienda su mano, juntos caerán el que ayuda y el ayudado, y todos ellos rodarán por el suelo.
4 Así me dijo el Señor:
«El Señor de los ejércitos bajará a pelear sobre el monte Sión; sobre su colina. Será como cuando el león y su cachorro rugen sobre su presa, que no se espantan por los gritos de la cuadrilla de pastores que se junta para atacarlos, ni se acobardan ante su alboroto.»
5 El Señor de los ejércitos protegerá a Jerusalén como protegen las aves a sus polluelos: la librará, la preservará y la salvará.
6 Ustedes, israelitas: ¡vuélvanse a aquel contra quien tanto se han rebelado!
7 Ciertamente, cuando llegue ese día, todos ustedes arrojarán los ídolos de oro y plata que se hicieron con sus manos pecadoras.
8 Asiria caerá a filo de espada, pero no de espada humana; delante de esa espada huirá, y sus jóvenes serán obligados a pagar tributo.
9 De miedo sucumbirá su fortaleza, y llenos de pavor sus príncipes abandonarán sus banderas.
—Palabra del Señor, cuyo fuego está en Sión y cuyo horno está en Jerusalén.